LO MÁS... BELLO (en proyecto)

03.12.2023

En una de mis poesías empecé con este verso: Difícil de definir mas existes... En este caso hablaba de la música, sin embargo, describir lo más bello va más allá y  sólo lo reconoces cuando lo vives, sientes, cuidas y sobre todo transmites... 


I

Inevitables compañeras 

No siempre era igual, pensaba cuando caminaba hacia el trabajo, no siempre lo era...

De muy pequeña bien lo supo o se lo hicieron saber y, aún así, nunca dejó de creer en lo bello, en lo bueno de cada ser.

Recorría siempre el mismo trayecto y veía prácticamente a las mismas personas.

Mientras, ella con sus auriculares, escuchaba su música abandonando su mente a la suerte.

—Eres especial —le dijeron un día cuando era más joven—. Tu inocencia, íntima amiga, es una de las joyas que nunca has de perder ni ignorar. En estos momentos crees tenerlo todo en tus manos, sin embargo, con el pasar de los años vivirás tus riesgos, a veces con alegrías y otras, con desengaños. En el viaje de ese ir y venir y, sin darte cuenta, tu inocencia será víctima por cada lágrima maltratada, por cada cada dolor no tolerado, por cada perdón condenado.

Ella las observaba fijamente y, pese a escucharlas, el "¡qué sabrán!", fue el guardaespaldas de todas sus hazañas. Se veía inmune, segura, fuerte... guapa.

¡Dios, qué ilusa fue la odiosa vanidad!

Más entregó su sangre al diablo hasta el punto de olvidarse de sí misma. Soltar el lazo no le fue nada fácil, nada, nada fácil: mudas palabras, la aceptación de lo inaceptable, ilusiones abandonadas, silenciosos sollozos, inválidos sufrimientos…

¡BASTA!

Como cada día, recorre siempre el mismo trayecto y ve prácticamente a las mismas personas.

Mientras, ella con sus auriculares, escucha su música protegiendo su mente de la aparente suerte.

Automáticamente mira al cielo, el sol lucía más que otros días...

—¿Perfecta, quién dijo que lo era? —le pregunta esta vez a la muerte medio riéndose–. A ti querida mía, sí a ti, que tan de cerca me acaricias, sólo te pido que el amor me mire de frente cada mañana más me abrigue con tesón cada noche y, que esta rutina que me acoge y me recupera, sea el largo camino de ida y vuelta en el que las personas que adoro y quiero, transiten en él en libertad, con luz propia y sin evadir sus posibles complejos.

Muerte y Vida, mis inevitables compañeras, el sol luce más

que otros días aunque, no siempre es igual, piensa ella

cuando camina hacia el trabajo, no siempre lo es...

Bien lo sabe o se lo hicieron saber y, aún así, nunca ha dejado de creer en lo bello, en lo bueno de cada ser.


II

Cogidos de la mano... tras la puerta (en proyecto)

 

Y el amanecer me espera. Con el café de la mañana en sus manos formulan breves charlas que no incomodan para seguir con la rutina de todos los días. No planifican, todo ya está establecido sin necesitar la agenda del recuerdo inmediato. Un gran calendario escrito con temblorosa mano reconcilia las horas del octogenario.

Salir por salir, lamentablemente, no. Sus lentos pasos recorren un destino bien sabido, bien leído. Llevan sus manos entrelazadas en silencio, no sea que despierten al demonio de los bienaventurados. aquél que aniquila sus pequeños sueños colmados del añorado quizás.

En sentido contrario, como cada mañana, la misma chica con sus auriculares revela todo este porqué. Nos miramos, los buenos días ojalá no se queden en papel mojado pues, los ojos de tanto ver, se cansan y envejecen en su madurez.

Llegamos a la puerta. Él la besa con el volveré en sus labios. De vuelta a casa las horas nos cuentan el mismo, el mismo cuento: la obligada aceptación de un tiempo, sea impuesto, creado o marcado, que nos pesa pero necesitamos. 

El atardecer nos espera. Con el café en su mano resuelve breves soliloquios que, a veces, le incomodan. Su ahora sigue insistiendo, sin embargo, el pasado lo interrumpe: ella es quien es, aunque, para él, también es lo que era. Las noches, son, desde hace tiempo, ese alma oscura saturada de laberintos con atajos de espeso recorrido en las que no duerme pero deambula buscando la salida a un merecido ser y estar.

 ¿Qué fueron de aquellas ilusiones que convivían con una realidad en donde las preguntas nunca conducían a una sola respuesta?

Salimos por salir, por suerte, no. Hace frío, la bufanda, el abrigo le protegen de la niebla de sus intrínsecos pensamientos. Bloquean el pesar más doloroso del miedo a una soledad jamás deseada y asumida por no ser un derecho ni tampoco una obligación. Harto está ya de grises literaturas y fatuas teorías de última generación. 

Caminando y caminando llega por fin a su destino, a su encuentro, a su verdadero hogar... ella.

Y, tras la puerta, sus pasos y yo... su perro.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar